Once soldados mueren en un ataque atribuido a los yihadistas en Irak
Once soldados del ejército iraquí murieron en un ataque nocturno contra su base en la provincia de Diyala, en el este de Irak, atribuido al grupo yihadista Estado Islámico (EI), en lo que constituye una de las operaciones más mortíferas en semanas.
"Once soldados, entre ellos un lugarteniente, murieron en un ataque perpetrado por miembros del EI (...) que tenía por objetivo una base", declaró un responsable militar, que pidió que su identidad no fuera revelada, desde Diyala, una región del este del país donde las células yihadistas siguen activas.
El ataque, aún no reivindicado, se produjo hacia las 23H30 GMT del jueves, en la "base de la región de Hawi al Azim", situada cerca de la provincia de Salaheddin, agregó.
El gobernador de Diyala, Muthanna al Tamimi, confirmó este balance de muertos a la agencia de noticias iraquí INA y afirmó que "los terroristas se aprovecharon del frío y de la negligencia de los soldados".
"La principal razón (del ataque) es la negligencia de los soldados porque la base está fortificada, hay una cámara térmica, dispositivos de visión nocturna y una torre de vigilancia de cemento", expresó.
- "10.000 combatientes activos" -
El grupo EI ganó fuerza en Irak y en la vecina Siria en 2014, cuando se apoderó de amplios territorios y autoproclamó su "califato", que finalmente fue derrotado a finales de 2017.
Sin embargo, los yihadistas siguen siendo una amenaza y perpetran ataques puntuales contra habitantes de estas zonas y fuerzas de seguridad, sobre todo en la región de Kirkuk y en las provincias de Salaheddin y Diyala.
Actualmente, la organización yihadista "mantiene una presencia en gran medida clandestina en Irak y en Siria y lleva a cabo una insurgencia sostenida a ambos lados de la frontera entre ambos países", según un informe de la ONU publicado el año pasado.
En esos dos países, la organización yihadista mantendría "en total unos 10.000 combatientes activos", de acuerdo con el documento.
El EI "intenta reorganizar sus tropas y sus actividades en Irak", consideró el analista iraquí Imed Alau, quien destaca "la mala formación de las fuerzas de seguridad, la falta de seguimiento por parte de los funcionarios, el incumplimiento de las instrucciones y las bajas temperaturas (...) que facilitan" las ofensiva de los yihadistas.
A inicios de septiembre, 13 miembros de la policía federal iraquí murieron durante un ataque del EI contra su punto de control cerca de Kirkuk.
En el último gran atentado reivindicado por el EI en Irak, una treintena de personas murieron en julio de 2021 en la explosión de una bomba en un mercado en un barrio chiita del vecindario de Sadr City en Bagdad.
En el terreno, las fuerzas iraquíes ya no cuentan con el apoyo militar de la coalición internacional antiyihadista liderada por Estados Unidos.
La coalición, que cuenta con 3.500 soldados, entre ellos 2.500 estadounidenses, terminó su "misión de combate" el año pasado y ahora se limita al asesoramiento.
(F.Schuster--BBZ)