Manifestantes se retiran en Irak tras llamado a la calma de líder chiita Sadr
Los partidarios de Moqtada Sadr se retiraron este martes de la Zona Verde de Bagdad después de que el líder chiita pidiera el fin de los enfrentamientos con el ejército que dejaron 30 muertos y cientos de heridos.
Los choques que estallaron el lunes enfrentaron a los partidarios de Sadr a las fuerzas de seguridad iraquíes y a facciones pro-Irán, con intercambio de disparos desde barricadas de ambos bandos
Pero el martes, momentos después de que el discurso de Sadr fuera transmitido en directo por televisión, sus partidarios empezaron a abandonar la Zona Verde, la zona considerada más segura de Bagdad, y minutos después, el ejército levantó el toque de queda que había decretado todo el país.
Sadr, un predicador con millones de seguidores que tras la invasión de Irak, encabezada por Estados Unidos en marzo de 2003, lideró una milicia contra los ocupantes, dio a sus seguidores "60 minutos" para retirarse, después de lo cual amenazaba con " desautorizar" a los que se quedaran.
"Pido disculpas al pueblo iraquí, los únicos afectados por los acontecimientos", dijo Sadr a los periodistas desde su base, en la ciudad iraquí de Nayaf (centro).
Al menos 30 de sus seguidores perecieron en los enfrentamientos y unos 570 resultaron heridos, según informaron este martes fuentes médicas. Un anterior balance daba cuenta de 23 fallecidos.
Irak sigue bajo tensión por una crisis política que dejó al país sin gobierno, ni primer ministro o presidente desde las legislativas de octubre de 2021.
El lunes la tensión se incrementó bruscamente cuando los partidarios de Sadr irrumpieron en el palacio de gobierno dentro de la Zona Verde de alta seguridad tras el anuncio de su líder de que dejaría la política.
- "Escalada peligrosa" -
Durante la noche, hubo disparos hacia a la Zona Verde, el área considerada más segura de Bagdad que alberga edificios gubernamentales y misiones diplomáticas.
Las protestas estallaron cuando Sadr anunció el lunes por sorpresa su "retira definitiva" de la política.
Los enfrentamientos continuaron el martes entre los partidarios de Sadr contra el ejército y los hombres de las Unidades de Movilización Popular (Hashed al Shabi), exparamilitares respaldados por Teherán, que luego se integraron en las fuerzas iraquíes.
La Misión de la ONU de Asistencia en Irak (UNAMI) calificó los hechos como "una escalada extremadamente peligrosa" y urgió a todas las partes a "abstenerse de actos que puedan llevar a una cadena imparable de eventos".
Por otra parte, el martes se celebró en la ciudad sagrada chiita de Nayaf un funeral multitudinario para algunos de los manifestantes muertos en Bagdad.
Según testigos, los partidarios de Sadr y de un grupo chiita rival, el Marco de Coordinación, proiraní, intercambiaron disparos en Bagdad.
El Marco de Coordinación condenó un "ataque a las instituciones estatales" e instó a los sadristas a entablar un diálogo.
Por su parte el primer ministro interino Mustafa al-Kadhemi dijo que "las fuerzas militares o de seguridad, o los hombres armados" tenían prohibido abrir fuego contra los manifestantes.
- "Poder social" -
Estados Unidos también instó a la calma en medio de los informes "preocupantes" sobre la situación, mientras que Francia pidió a "las partes que ejerzan la máxima moderación".
Sadr, un hombre clave en la escena política del país devastado por la guerra aunque nunca estuvo directamente en el gobierno, había pedido el fin se semana a "todos los partidos", incluido el suyo, que renunciaran a sus cargos en el gobierno para ayudar a resolver la crisis política.
En las legislativas de octubre de 2021 el bloque de Sadr quedó primero con 73 escaños (de 329) pero, al no poder formar una mayoría, hizo dimitir a sus diputados en junio, alegando querer "reformar" el sistema y acabar con la "corrupción".
La renuncia llevó a que el Marco de Coordinación se convirtiera en la principal formación política.
Antes de su anuncio del lunes, Sadr llevaba aumentando la presión en las últimas semanas y desde hace un mes sus partidarios acampan frente al Parlamento e incluso bloquearon brevemente el acceso al máximo órgano judicial del país.
Al atizar a sus seguidores y luego pedirles que se retiren, Sadr "muestra el poder social que tiene y las bases que tiene, sobre todo a sus oponentes", estima Renad Mansour del centro de reflexión británico Chatham House.
(L.Kaufmann--BBZ)