Von der Leyen, del Pacto Verde europeo a la preocupación con la seguridad
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, que afianzó su poder durante las crisis de la pandemia del coronavirus y la guerra en Ucrania, busca definir un perfil diferente, menos verde y más duro, para obtener un nuevo mandato.
Primera mujer en presidir la Comisión Europea, llegó a convertirse en el rosto de una institución vista como anónima, y desde ese cargo proyectó una inusual firmeza, aunque ese dinamismo provocó ruidos en su relación con las capitales europeas.
La conservadora alemana de 65 años pasó a caminar en una cuerda floja después de que su más emblemática iniciativa, el Pacto Verde europeo, se convirtió en un elemento tóxico, rechazado por parte de su propia familia política.
Desde que anunció su candidatura, en febrero, Von der Leyen dejó de lado las preocupaciones climáticas y adoptó el papel de defensora de una nueva perspectiva de seguridad europea, de línea visiblemente más dura.
En su último y sombrío discurso ante la plenaria del Parlamento Europeo, Von der Leyen llegó a afirmar que "la amenaza de la guerra puede no ser inminente, pero no es imposible".
Von der Leyen describió un continente con ilusiones "destrozadas" y formuló un dramático llamado a que la UE "despierte" a una nueva realidad de seguridad.
Al frente de la Comisión, Von der Leyen buscó ampliar el rol internacional de la UE, aunque por momentos provocó visible furia en capitales europeas al forzar los límites de su propio mandato.
Una de estas situaciones quedó brutalmente en evidencia en octubre pasado, cuando viajó a Tel Aviv, después de los ataque del movimiento palestino Hamás, y respaldó enfáticamente el derecho de Israel a defenderse, pero sin mencionar que debía respetar el derecho humanitario e internacional.
- Dejar su marca -
En 2019 Von der Leyen era una dirigente conservadora alemana relativamente desconocida y su candidatura para presidir la Comisión Europea fue una sorpresa. El Parlamento Europeo la designó en una votación que ganó con una estrecha ventaja de nueve votos.
Su llegada a Bruselas -donde nació y vivió hasta la adolescencia- fue marcadamente fría, y se instaló a vivir en el 13º piso de la propia sede de la Comisión, donde se rodeó de fieles auxiliares.
Sin embargo, poco a poco, logró dejar su impronta al frente de la Comisión.
Cuando Europa quedó paralizada por la pandemia de coronavirus, Von der Leyen impulsó las negociaciones por un inmenso plan de recuperación de 750.000 millones de euros (más de 800.000 millones de dólares).
Y cuando Rusia invadió Ucrania, en febrero de 2022, fue firme en construir la unanimidad en el apoyo a Ucrania, y fue decisiva en definir un rumbo para que Europa redujera su dependencia del barato gas ruso.
Hace muchos años, el diplomático estadounidense Henry Kissinger formuló una pregunta que durante décadas pareció no tener respuesta: "Cuando el presidente de Estados Unidos quiere hablar con Europa, ¿a quién llama?". Ahora, Joe Biden no tiene dudas en llamar a Von der Leyen.
Madre de siete hijos, Von der Leyen habitualmente mezcla en sus discursos los tres idiomas que domina a la perfección: alemán, francés e inglés.
Von der Leyen irrumpió en la política alemana en la década de 1990 y tuvo un rápido ascenso.
En un momento de su carrera política fue vista como una posible sucesora de Angela Merkel, hasta que su estrella se apagó luego de un período difícil como ministra de Defensa.
Cuando faltan tres meses para las elecciones europeas que renovarán a las autoridades políticas de la UE, la candidatura de Von der Leyen no es vista como una apuesta segura, pero sí de excelentes posibilidades.
El conservador Partido Popular Europeo (PPE) deberá coronarla el jueves como su candidata a presidir la Comisión.
Pero aún si el PPE consigue el mayor número de votos, Von der Leyen sabe que su segundo mandato se definirá en largas y delicadas negociaciones entre los países de la Unión Europea.
(M.Scott--TAG)