Enrique, un hijo díscolo bajo los focos en la coronación de Carlos III
El príncipe Enrique acaparará gran parte de la atención durante la coronación de su padre Carlos III, en su primer reencuentro con la familia real, blanco de sus críticas en los últimos meses.
El hijo menor de Carlos y la difunta princesa Diana, de 38 años, asistirá a la ceremonia del 6 de mayo en la abadía de Westminster sin su esposa Meghan ni sus dos hijos, el príncipe Archie y la princesa Lilibet.
La exactriz estadounidense se quedará en su casa de California, celebrando el cuarto cumpleaños de Archie, y se ahorrará posibles momentos incómodos con su cada vez más lejana familia política.
La pareja despotricó en varias ocasiones contra la monarquía desde que se mudó a Estados Unidos en 2020 y esos ataques arreciaron en meses recientes con una serie en Netflix, entrevistas televisivas y la publicación de las memorias del príncipe.
En su explosiva autobiografía "En la sombra", publicada en enero, Enrique relata sórdidos detalles de la familia real y acusa a su hermano Guillermo, primero en la línea de sucesión del trono, de haberlo agredido físicamente durante una discusión sobre Meghan.
El Palacio de Buckingham solo confirmó este mes la asistencia de Enrique, poniendo fin a las conjeturas que se multiplicaban desde hacía tiempo.
"Muchas miradas recaerán en él", dijo a la AFP Pauline Maclaran, de la Royal Holloway University de Londres, autora de un libro sobre el impacto de Meghan en la monarquía.
"La gente estará fascinada por la interacción entre él y el resto de su familia", explicó.
- Evitar escándalos -
Enrique visitó el Reino Unido este año para asistir a audiencias judiciales vinculadas a las causas que ha entablado contra diarios británicos por escuchas telefónicas.
Pero incluso la documentación judicial se ha convertido en un medio para airear las rencillas familiares.
En declaraciones testificales publicadas esta semana, el príncipe aseguró que el entorno de su padre bloqueó su intento de lanzar esas querellas hace una década, debido a una "estrategia a largo plazo" con la que buscaba asegurarse el apoyo mediático para que Camila, con quien se casó en 2005, se convirtiera en reina consorte.
En sus memorias, Enrique explicó que tanto él como su hermano le habían pedido a su padre no casarse con Camila.
Antes del funeral de la reina Isabel II en septiembre, los dos hermanos trataron de mostrarse unidos saludando junto a sus respectivas esposas a las personas congregadas frente al palacio de Windsor.
Pero la tensión era evidente y las acusaciones posteriores de Enrique y Meghan la agravaron.
"Todo el mundo observará las interacciones entre Enrique y Guillermo, pero deduzco que se mantendrán alejados, con lo que probablemente no habrá ninguna interacción", afirmó Maclaran.
Según la especialista en asuntos reales, Enrique "permanecerá en segundo plano" para "tratar de evitar cualquier alboroto".
"No creo que haya una reconciliación posible en estos momentos", sino más bien lo contrario, pues "parece que no hay voluntad de arreglar de verdad las cosas en ninguna de las partes".
- "Excluido" -
La ruptura de relaciones entre los duques de Sussex y el resto de la familia se ve como algo perjudicial para la monarquía.
La institución lidia con la pérdida de Isabel II. El respeto que infundía la longeva monarca se consideraba clave para mantener la popularidad de la monarquía y alejar cualquier tentación republicana.
Pero la reina ya no está y con las disputas familiares y las acusaciones de abuso sexual contra el príncipe Andrés, hermano de Carlos, muchos británicos se preguntan "quién es esta gente", apunta Graham Smith, del grupo de presión Republic, que aboga por un jefe de Estado electo.
"Lo ven (a Carlos) como parte de esa familia cuestionable", sin contar con que Enrique "sigue causándole problemas", afirmó Smith en un encuentro reciente con la prensa.
Otros esgrimen que Enrique y Meghan se hicieron muy impopulares al abandonar sus obligaciones reales y dar entrevistas incendiarias.
"El deber es lo que la gente quiere de la familia real y Enrique no aporta eso", dijo Sean Lang, profesor de historia en la Anglia Ruskin University.
Carlos hizo lo correcto al invitarlo a la coronación. porque otra decisión "hubiera parecido cruel", opinó.
Pero Meghan también se mostró "inteligente" al decidir quedarse al margen de la ceremonia, dado el estado de sus relaciones con su familia política y el peligro de que la gente la abuchee.
"Es posible que el espectáculo de la coronación (...) ponga de relieve hasta qué punto el príncipe Enrique se ha excluido a sí mismo de la monarquía y que se convierta en un día difícil para él", añadió Lang.
"Pero creo que mucha gente en el Reino Unido simplemente opinará que él mismo se puso en esa situación difícil".
(A.Lehmann--BBZ)