El Banco de Inglaterra finalizará su intervención pese a la volatilidad del mercado
El Banco de Inglaterra (BoE) refirmó el miércoles su decisión de finalizar el viernes su intervención en el mercado de bonos, pese al nerviosismo persistente, lo que provocó un nuevo repunte en las tasas de la deuda pública a largo plazo.
Como consecuencia, los analistas criticaron lo que consideran señales contradictorias por parte de la institución monetaria, y los intereses de los bonos a 30 años volvieron a subir por encima del 5%, un nivel que no se veía desde hace 20 años y una señal de la pérdida de confianza de los inversores.
Por su parte, la rentabilidad de la deuda pública británica a 10 años alcanzó un nuevo máximo desde 2008, situándose en 4,64%, por encima de su nivel de finales de septiembre, antes de que el Banco de Inglaterra comenzara a una intervención que finalizará esta semana.
"Como el banco (central) lo indicó claramente desde el principio, las compras temporales y selectivas de bonos del Tesoro finalizarán el 14 de octubre", anunció en un comunicado.
Sin embargo, una serie de medidas, entre ellas un mecanismo temporal de garantía para ayudar a los bancos a aliviar las presiones de liquidez, seguirán vigentes "más allá del 14 de octubre", precisó.
El Financial Times había informado el miércoles, citando a fuentes anónimas, que el banco central "indicó en privado a los banqueros que podría prolongar su programa de compra de bonos de emergencia más allá del plazo del viernes" si las condiciones del mercado lo exigían.
- Polémicas medidas gubernamentales -
El Reino Unido hace frente a una fuerte inestabilidad financiera desde que el nuevo gobierno conservador anunció en septiembre polémicas medidas económicas, contrarias a la acción del Banco de Inglaterra, que se vio obligado a subir sus tasas de forma brusca para frenar una inflación de casi el 10% interanual.
Para enderezar la situación, "ee necesitará (...) una respuesta significativa" en la próxima reunión del comité de política monetaria, el 3 de noviembre, advirtió el economista jefe del BoE, Huw Pill, en referencia a posibles nuevas subidas de tasas.
Pese al nerviosismo en los mercados, la primera ministra Liz Truss se mantuvo en su posición el miércoles, asegurando a los diputados británicos que tomó "medidas decisivas" para proteger la actividad económica e impulsar el crecimiento.
Unas medidas que el líder de la oposición, el laborista Keir Starmer, calificó de "kamikazes".
El miércoles, el BoE volvió a analizar los desafíos que enfrenta la economía británica con la nueva política de recortes fiscales del ejecutivo.
La limitación de las facturas energéticas para consumidores y empresas, integrada en el "plan de crecimiento" de Truss, "probablemente reduzca la inflación a corto plazo y, junto con otras medidas gubernamentales, apoye la demanda", reconoció.
"Pero el rápido aumento del coste de la financiación de los préstamos hipotecarios y de otras formas de crédito pesará sobre los hogares británicos y las empresas", advirtió en las actas de su reunión de política financiera.
- Impacto en los fondos de pensiones -
En un intento de calmar los mercados y hacer frente a un "riesgo significativo para la estabilidad financiera" del país, el BoE decidió intervenir a partir del 28 de septiembre comprando bonos del Tesoro a largo plazo.
Los rendimientos de la deuda pública británica retrocedieron tras su primera intervención, pero desde entonces han vuelto a subir.
Las tasas de los bonos a 30 años tienen un poder desestabilizador en el Reino Unido, ya que su disparada sacude a los fondos de pensiones, que apuestan con fuerza por estas inversiones, normalmente seguras.
Ahora, con el desplome de su valor, se ven obligados a inyectar cantidades masivas de liquidez para alinear sus activos con sus pasivos.
La asociación británica de fondos de pensiones (PLSA) había instado el martes al Banco de Inglaterra a ampliar su intervención.
(T.Burkhard--BBZ)