Pegula y Navarro, hijas de multimillonarios, rompen límites y prejuicios en el US Open
En ocasiones vistas con recelo por sus fortunas familiares, las estadounidenses Jessica Pegula y Emma Navarro debutarán el jueves en unas semifinales del Abierto de Estados Unidos, un logro que reivindica su talento y esfuerzos por llegar a la élite del tenis.
Para Pegula, que eliminó en cuartos a la número uno Iga Swiatek, y Navarro, que batió a la española Paula Badosa, es la primera vez que están entre las cuatro mejores de un torneo de Grand Slam, un logro que celebraron con los aficionados de su natal Nueva York.
Las dos jugadoras se encuentran en puntos distintos de sus carreras pero a ambas les rodeó en ocasiones la sospecha de que disfrutaron de privilegios en su formación por las capacidades económicas de su familia.
Terry Pegula, padre de la flamante semifinalista, amasó con negocios petroleros y gasísticos una fortuna estimada por Forbes en unos 7.700 millones de dólares.
El magnate y su esposa Kim son también figuras en el mundo deportivo al ser propietarios de los Buffalo Bills de la liga de football americano y de los Buffalo Sabres de la de hockey sobre hielo (NHL).
Jessica Pegula, de su parte, ha ganado más de 14 millones de dólares en premios por una carrera en la que alzó seis títulos de la WTA y llegó a ser número tres del ranking mundial en 2022.
"La gente dice que soy la tenista más rica del mundo pero personalmente yo no tengo ese dinero, probablemente sean mis padres", dijo Pegula en una conferencia de prensa el año pasado en Wimbledon.
"Lo entiendo, mi familia es muy conocida en Estados Unidos, y en realidad no me molesta, pero estaría bien que la gente no dijera eso", concluyó.
En el palmarés de Pegula lucen seis títulos, incluidos los WTA 1000 de Canadá (2024 y 2023) y Guadalajara (2022).
Su asignatura pendiente era superar la barrera de los cuartos de final de un Grand Slam, en la que chocó en seis ocasiones hasta su contundente triunfo del miércoles frente a Swiatek.
- "Trabajo muy, muy duro" -
De su parte, Emma Navarro ha protagonizado esta temporada, a sus 23 años, la eclosión que muchos llevaban tiempo esperando.
Hasta su clasificación a los cuartos de Wimbledon y las semifinales del US Open, la tenista era más conocida por ser hija de Ben Navarro.
El dueño de la firma bancaria Credit One, especializada en tarjetas de crédito, tiene un patrimonio estimado en unos 1.500 millones de dólares.
Ben Navarro, cuyos abuelos inmigraron desde Italia, ha estado asociado con el deporte desde pequeño al ser uno de los ocho hijos del famoso entrenador de football americano Frank Navarro.
En el mundo del tenis es dueño del torneo WTA 500 de Charleston y sobre todo ha apoyado la pasión por este deporte de su hija Emma, quien se acaba de dar a conocer al gran público estadounidense eliminando en octavos a Coco Gauff, vigente campeona e ídolo de la afición.
"Quiero dar las gracias a mi padre", dijo Navarro sobre la pista Arthur Ashe tras clasificar a semifinales. "Vio algo en mí desde muy joven. Gracias papá por embarcarme en este viaje".
Posteriormente ante la prensa, la jugadora reconoció el peso familiar en su formación pero defendió sus esfuerzos por alcanzar su posición actual.
"Por supuesto que de niña tuve acceso a ciertos recursos. Pero no quiero que eso oculte el hecho de que he trabajado muy, muy duro para llegar donde estoy", recalcó. "Desde los nueve años entreno dos veces al día y hago musculación".
Navarro chocará el jueves con la bielorrusa Aryna Sabalenka y Pegula con la checa Karolina Muchova tratando de encontrarse en una final femenina completamente estadounidense por primera vez desde 2017.
(D.Lewis--TAG)