La UEFA reforma su fair-play financiero intentando limitar los salarios
¿Un fair-play financiero menos férreo pero más eficaz? Concebidas en plena crisis del covid-19 y destinadas a evitar que se vayan por las nubes los costos salariales, las nuevas reglas presupuestarias del fútbol europeo serán desveladas el jueves, cruciales para arbitrar la rivalidad deportiva de los grandes.
Tras varios meses de conversaciones, la UEFA debe aprobar el jueves un nuevo diseño de su fair-play financiero (FPF), un sistema introducido en 2010 para frenar el endeudamiento de los clubes europeos, eternamente tentados por la superioridad financiera para saciar su sed de trofeos.
En doce años, esta limitación del déficit de los clubes contribuyó a sanear las cuentas, pero también reveló sus límites: su rigor agrava la suerte de los clubes en apuros, cuando la pandemia costó unos 7.000 millones de euros (7.365 millones de dólares) al fútbol europeo en dos temporadas, pero sin incidir en los clubes propiedad de países con fondos casi ilimitados, con Manchester City y PSG en cabeza.
Para no precipitar una ola de quiebras, la UEFA, por tanto, relajó la evaluación de los déficits desde la primavera (boreal) de 2020, para luego anunciar una revisión importante de las reglas financieras impuestas a los clubes.
El principal cambio es filosófico: ya no se trata más de exigir el equilibrio de las cuentas, sino de limitar los gastos dedicados a los salarios, traspasos y comisiones de agentes, identificados desde hace tiempo como el principal problema económico del fútbol.
- Límite salarial atenuado -
"Es una señal a los inversores: 'Pueden inyectar dinero fresco, pero no se deberá quemar todo en fichajes y salarios", resume a la AFP Raffaele Poli, responsable del Observatorio del Fútbol CIES, de Neuchâtel (Suiza).
Para él, "incluso los grandes clubes son víctimas de esta inflación salarial, alimentándola al mismo tiempo", y podrán recurrir a las nuevas reglas "frente a las pretensiones excesivas" de los jugadores y de los agentes.
Concretamente, la UEFA doblara el déficit autorizado sobre tres años (a 60 millones de euros, 65,5 millones de dólares), pero obligará a los clubes a limitar su masa salarial al 90% de sus ingresos en 2023-2024, después a 80% y al final al 70% a partir de la temporada 2025-2026, el tiempo que los contratos en vigor terminen.
Este mecanismo es una forma atenuada de "límite salarial", una regla clave de las franquicias norteamericanas de hockey, fútbol o básquet, difícil de importar por la UEFA: sus 55 federaciones obedecen a reglas sociales y contables variadas, y no existe negociación centralizada.
Si no lo logran, los que incumplidores deberán pagar multas preestablecidas, según la amplitud de lo que se hayan pasado.
- Viejas glorias y nuevos ricos -
"Los inversores ganan en previsibilidad: pueden cifrar su presupuesto si eligen gastar más allá del límite salarial", señala Raffaele Poli.
Esta "tasa de lujo", alabada desde el año pasado por el presidente de la UEFA Aleksander Ceferin, será después redistribuida entre los clubes más virtuosos, aunque los beneficios se anuncian modestos para cada uno de los beneficiarios.
Por otra parte, el proyecto de la UEFA prevé prohibiciones de fichajes, limitaciones de préstamos, descensos de una competición europea a otra y puntos de penalización de "mini-campeonatos" que sustituirán a las fases de grupos a partir de 2024.
La articulación de estas medidas con las sanciones financieras queda de todos modos por precisar, un aspecto clave ya que las sanciones deportivas siguen siendo la principal amenaza para los nuevos ricos del fútbol europeo.
La UEFA, como la ECA (Asociación de Clubes Europeos), lo ha repetido: el fair-play financiero difícilmente debería influir en la consecución de trofeos.
Las nuevas reglas podrían de todas maneras pesar sobre la batalla entre grandes nombres históricos y ogros con recursos ilimitados, sobre todo porque la bajada paulatina del tope salarial les permitirá, incluido el PSG, brillar durante otras dos temporadas.
A la inversa, clubes legendarios pero financieramente con problemas económicos, como el FC Barcelona o la Juventus de Turín, podrían ver sus ambiciones limitadas por la obligación de reducir gradualmente su deuda.
(A.Berg--BBZ)