Italia, ante una nueva travesía por el desierto
Después de las 'Noches Mágicas' de la Eurocopa, el 'Calcio' se sume de nuevo en las tinieblas: la cita mundialista frustrada para la generación de Verratti supone un nuevo golpe para el fútbol italiano, cuyos clubes tampoco están en su mejor momento deportivo ni económico.
El 'renacimiento' iniciado por el seleccionador Roberto Mancini, coronado con un título de campeón de Europa el pasado verano (boreal), sufrió un final abrupto el jueves por la noche en Palermo, con la derrota en semifinales del repechaje europeo ante la modesta Macedonia del Norte (1-0).
Así pues, la Italia de Mancini regresa al punto de partida, donde se hallaba en noviembre de 2017 luego del triste 0-0 en San Siro ante Suecia, en la vuelta del repechaje de clasificación al Mundial-2018, el primero que se perdía la 'Azzurra' desde 1958.
Con esta nueva decepción, ante la 67ª selección mundial, Italia, cuádruple campeona del mundo (1934, 1938, 1982, 2006), vive un nuevo 'apocalipsis', como se calificó el fracaso ante Suecia, y se pierde por vez primera dos Mundiales consecutivos. Así pues habrán pasado al menos 12 años desde el último partido de Italia en un Mundial, en caso de que esté presente en la edición de 2026.
Sin Catar, se presenta en el horizonte una travesía por el desierto para toda una generación de jugadores que no brillará en Mundiales. Todos los héroes del título en 2006 ya están retirados, salvo Gianluigi Buffon, retirado de la 'Azzurra'.
- Turno para la generación Donnarumma -
Para los veteranos Bonucci (34 años) y Chiellini (37 años) el Mundial se resume en dos eliminaciones en primera ronda (2010 y 2014). Para Verratti (29 años), Insigne (30 años) o Immobile (32 años), jugadores que quizá ya sean demasiado mayores para la edición 2026, en una eliminación en fase de grupos.
Los más jóvenes, que no estuvieron en Brasil-2014, deberán esperar al menos cuatro años para poder disputar un Mundial, como Donnarumma, Barella, Chiesa, Locatelli, Bastoni o Zaniolo, los puntales sobre los que reconstruir esta Nazionale, con el objetivo de la defensa del título europeo en 2024.
Mancini podría permanecer en el puesto, a diferencia de su predecesor Gian Piero Ventura, quien no sobrevivió a la debacle ante Suecia en 2017.
Sin embargo, el técnico no quiso pronunciarse el jueves sobre su futuro después de la "mayor decepción" de su carrera de entrenador, pero el presidente de la Federación Gabriele Gravina le otorgó su apoyo.
El golpe es tanto más duro por cuanto para muchos la Nazionale podía hacer olvidar el declive de los clubes italianos en la escena europea: por segundo año consecutivo ninguno está en cuartos de la Liga de Campeones.
Unos pobres resultados en la competición más lucrativa que acaban repercutiendo en las cuentas de los grandes Juventus, Inter o AC Milan.
- Mayor deuda -
Y es todo el fútbol italiano el que se resiente de la falta de ingresos, unido a las consecuencias económicas de la pandemia de covid-19.
El conjunto de la Serie A vivió la temporada pasada unas pérdidas récord de más de 1.000 millones de euros, y un incremento de su deuda, que pasó a 3.300 millones de euros (sobre 3.600 millones de dólares), según datos publicados esta semana por La Gazzetta dello Sport.
Para luchar contra esa tendencia negativa, Gravina aboga por dar oportunidades a los jóvenes jugadores italiano en la élite.
Una voluntad de reforma que se repetía el jueves en los pasillos del estadio de Palermo luego de la eliminación: "La derrota de esta noche nos hace comprender que hay que hacer algo en nuestro fútbol, hay que poner ahora toda nuestra energía en resolver estos problemas".
(G.Gruner--BBZ)