El exresponsable de seguridad culpa al maquinista por rl accidente de tren que dejó 80 muertos en España
El exresponsable de la red ferroviaria española acusado por el accidente de tren de Santiago de Compostela, que dejó 80 muertos en 2013, negó este jueves que la línea tuviera fallos, cargando toda la responsabilidad del drama en la falta de atención del maquinista.
La línea de alta velocidad donde ocurrió el descarrilamiento era "100%" segura, afirmó Andrés Cortabitarte, antiguo responsable de la seguridad de Adif, frente al tribunal de esta ciudad del noroeste de España que le juzga desde el 5 de octubre junto al maquinista del tren.
Si la línea no fuera segura, "no se hubiera puesto en servicio", añadió el exdirigente del operador ferroviario español, asegurando que en "ninguna de las inspecciones" se había detectado "nunca ninguna incidencia" antes del drama.
El 24 de julio de 2013, el tren de alta velocidad Alvia 04155 procedente de Madrid descarriló brutalmente a pocos kilómetros de llegar a Santiago de Compostela, estrellándose contra un muro de hormigón.
El accidente, la mayor tragedia ferroviaria registrada en España desde 1944, causó la muerte de 80 personas, y dejó además 140 heridos.
La investigación no tardó en revelar que el tren circulaba a una velocidad excesiva: el vehículo de Renfe, la compañía ferroviaria española, iba a 179 km/h en el momento de impacto, muy por encima de los 80 km/h marcados como límite para aquel tramo.
"La causa del accidente es el incumplimiento del maquinista de la velocidad" a la que debía circular, insistió este jueves Cortabitarte, achacando toda la responsabilidad del drama sobre el conductor. "Él es (quien) la tenía que controlar, pero no la controló", insistió.
El exresponsable de Adif, acusado de no haber realizado un estudio de riesgos de la curva donde sucedió el accidente antes de activar la línea, volvió a recordar que el maquinista estaba hablando por teléfono con el interventor justo antes del descarrilamiento.
La conversación tuvo lugar mientras el tren se encontraba en "el sitio más importante que hay en la línea", insistió Cortabitarte. Hablar por teléfono en ese punto era algo "impensable", ahondó.
En su declaración del pasado jueves, el maquinista, Francisco Garzón, reconoció su responsabilidad entre lágrimas, aunque también cuestionó la falta de un sistema de frenado automático en el lugar del accidente.
Las familias de las víctimas comparten la misma opinión y acusan al exresponsable de Adif de graves deficiencias, además de reprocharle que nunca les haya pedido perdón, a diferencia del conductor.
La Fiscalía pide cuatro años de prisión para cada uno, acusados de homicidio por imprudencia profesional grave. El proceso debe extenderse hasta el 10 de febrero.
(K.Müller--BBZ)