Final caótico de la segunda semana de juicio al chileno acusado de asesinar a su exnovia japonesa
El juicio en Francia al chileno Nicolás Zepeda, acusado de haber asesinado a su exnovia japonesa, concluyó este jueves su segunda semana con un final caótico en que Zepeda se puso a llorar quejándose de que lo habían agredido vigilantes penitenciarios.
Las audiencias se suspendieron en el tribunal de Vesoul (este de Francia) y no se reanudarán hasta el lunes.
Zepeda comparece ante ese tribunal de apelación, tras recurrir una primera condena en 2022 a 28 años de prisión por el asesinato premeditado de Narumi Kurosaki. Se enfrenta a cadena perpetua.
El chileno, de 33 años, se puso a llorar cuando lo interrogaban sobre su personalidad y se refirió a las condiciones de su detención en régimen de aislamiento.
"Viví cosas horribles y vi cosas horribles", aseguró Zepeda, refiriéndose a que vio cómo vigilantes de la cárcel golpearon a un detenido que trabajaba para la administración penitenciaria, porque "simplemente no quería limpiar una celda donde hubo un intento de suicidio".
"¿Después de ello, sufrió presiones?", le preguntó el presidente del tribunal.
El chileno explicó que denunció esos hechos enviándole una carta a su abogada, pero fue interceptada y leída por los vigilantes: "¡Sentí como esos cabrones la leían en el pasillo!", dijo.
"A partir de ese momento, no me dejaron tranquilo. (...) Eso terminó con una agresión, uno de los vigilantes me dio un puñetazo", aseguró.
Después de esas afirmaciones, Zepeda se puso las manos en la cabeza y lloró, ante unos espectadores atónitos en la sala de audiencias.
Entonces, los padres del acusado se levantaron y dijeron en voz alta: "¿Y los derechos humanos? Trataron a mi hijo como un perro".
El presidente del tribunal reaccionó ante ese momento tenso con una breve suspensión de la audiencia.
La personalidad de Zepeda ya había sido examinada por dos expertos.
Uno de ellos lo presentó como un "manipulador" y "una persona que tiene tendencia a manipular a los otros", mientras que el otro se refirió a él como "un hombre ordinario".
(A.Johnson--TAG)