Crece el temor por los menores en el corredor de la muerte en Arabia Saudita
En la casa de Abdullah al Derazi ya no aparecen los canarios a los que solía alimentar. En su lugar, crece el miedo de su familia ante la posible ejecución inminente de este saudita en el corredor de la muerte.
Los familiares de este joven de 28 años lo describen como un sensible amante de las aves, que cuidaba a decenas de canarios y agapornis. Pero para los tribunales sauditas es un terrorista que debe ser ejecutado.
Derazi es uno de los al menos nueve sauditas en el corredor de la muerte por supuestos delitos cometidos cuando eran menores, según activistas por los derechos humanos que suelen criticar el prolífico uso de la pena capital en este reino del Golfo.
Su caso y el de otro hombre, Jalal Labbad, están bajo los focos después de que Amnistía Internacional anunciara el mes pasado que sus sentencias habían sido "confirmadas en secreto" por la Corte Suprema, con lo que pueden aplicarse en cualquier momento.
Como las autoridades no suelen avisar a los abogados y las familias del día de la ejecución, "recibiremos la noticia (de su muerte) en cualquier momento", dice un familiar a la AFP que pide anonimato por temor a represalias.
Las autoridades sauditas no respondieron a las solicitudes de comentarios de la AFP.
- Una sentencia "exagerada" -
Según Amnistía, Arabia Saudita fue el tercer país en cometer más ejecuciones el año pasado después de China e Irán.
Un total de 147 personas fueron llevadas a la muerte en 2022, según una base de datos de la AFP que recopila las informaciones ofrecidas por los medios estatales.
En marzo, 81 personas fueron ejecutadas en un solo día, todas ellas condenadas por crímenes vinculados al "terrorismo".
El reino es conocido por las decapitaciones, aunque los medios estatales no detallan el modo de ejecución.
En lo que va de 2023, 123 personas fueron ejecutadas, 33 de ellas por crímenes acusados con el "terrorismo", según la base de datos de la AFP.
Grupos de defensa de los derechos humanos culpan a una ley antiterrorista aprobada en 2017 por ser demasiado amplia y prohibir cualquier tipo de desobediencia civil o criticismo con el gobierno.
La Organización Europea-Saudita por los Derechos Humanos (ESOHR), con sede en Berlín, detalla los casos de nueve sauditas en el corredor de la muerte por crímenes cometidos cuando eran menores. Seis de ellos están acusados de participar en manifestaciones.
Derazi y Labbad, miembros de la minoría chiita en Arabia Saudita, fueron detenidos en conexión con unas protestas antigubernamentales que tuvieron lugar hace más de una década en el este del país, donde se concentra la población chiita.
Derazi tenía entonces 17 años, dijo el mes pasado Morris Tidball-Binz, relator especial de la ONU para ejecuciones arbitrarias. En el caso de Labbad tenía entre 16 y 17 años, según MENA Rights Group.
Amnistía asegura que sus condenas se basaron en confesiones "ensuciadas por torturas".
La foja de cargos contra Derazi, vista por la AFP, no solo incluye "participar en manifestaciones", sino también "participar en formar una célula terrorista" y "atentar contra el personal de seguridad", acusaciones que su familia dice inverosímiles.
"Abdullah no tiene nada que ver con estas acusaciones. Son acusaciones que superan su pensamiento y sus intereses", dice el familiar que habló con la AFP.
Un familiar de Labbad, que también habló bajo condición de anonimato, explica que lo acusaron de ofrecer "asistencia" a una persona buscada de la minoría chiita en su localidad de Awamiyah.
Según este allegado, ofrecer "asistencia" se refería a darle vendas y desinfectante. "La sentencia es muy injusta y exagerada", asegura.
"¿Ofrecer ayuda merece una pena de muerte?", se pregunta.
- Tolerancia cero -
El príncipe heredero Mohamed bin Salmán busca convertir el mayor exportador de petróleo del mundo en un centro turístico y de negocios.
Los activistas dicen que la aplicación de la pena capital en el reino socava la imagen más abierta y tolerante que quiere impulsar el príncipe en su agenda reformista Vision 2030.
La organización británica Reprieve asegura que las ejecuciones "han aumentado drásticamente" desde el ascenso al trono del padre de Mohamed, el rey Salmán, en 2015.
Entre ellos hay 11 condenados por crímenes ocurridos cuando eran menores, afirmó el grupo en un informe este año.
Riad anunció en 2020 un decreto real para abolir la pena de muerte para acusados menores, pero el texto nunca se ha publicado y no está claro si se está aplicando.
"El número de menores sentenciados a muerte en Arabia Saudita puede ser mucho mayor porque las familias tienen miedo de comunicar y expresar sus preocupaciones" a los grupos de defensa de derechos humanos y los medios, dice Duaa Dhainy, investigadora del ESOHR.
Apuntar contra gente joven busca acallar cualquier tipo de disidencia, afirmó el director legal de ESOHR, Taha al-Hajji.
"Envía un mensaje claro a todos de que no hay tolerancia y no hay líneas rojas", agregó.
"Todo el mundo, sin excepción, es castigado, ya sea un menor, un anciano o una mujer", concluyó.
(K.Lee--TAG)