Indonesios víctimas de estafas de falsos chamanes
Cuando era empleada doméstica en Dubái, Aslem, una indonesia con tres hijos, comenzó a enviar dinero a un chamán autoproclamado, esperando que su salario -duramente ganado- se multiplicara por magia.
Pero fue sin un centavo y en estado de shock, que regresó a casa el año pasado. El falso chamán está ahora ante la justicia y debe responder de estafas y asesinatos de nueve personas.
"No tengo nada", lamenta la mujer de 42 años en su hogar vetusto de un pueblo del oeste de la isla de Java. "Quería renovar la casita que mis padres me dejaron. Quería hacerlos felices, pero no lo logré antes de que murieran", indica a la AFP.
En Indonesia, donde cerca del 10% de la población vive por debajo del umbral de pobreza. Algunos consultan a chamanes en reemplazo de la medicina tradicional o por sus supuestos poderes mágicos.
Aslem fue víctima de uno de esos charlatanes que dijo que podía convertir sus ahorros en una gran fortuna.
Algunos estafadores llegan incluso a eliminar a sus víctimas si reclaman su dinero, según la policía.
En las redes sociales del archipiélago del sudeste asiático se ven numerosos anuncios de estas estafas.
Dos publicaciones recientes en Facebook, que elogian estas "inversiones", muestran más de 1,4 millones de visitas, según periodistas de la AFP en Yakarta.
Este equipo forma parte de la red mundial de investigación digital de la AFP, socio independiente de Facebook y Whatsapp para programas de control automático.
Una de las publicaciones de Facebook, vista más de 643.000 veces en un mes, presenta a un "jeque musulmán" que puede multiplicar el dinero y asegura que estos servicios siguen las enseñanzas del islam, religión mayoritaria del país.
Un periodista de la AFP contactó un número de Whatsapp proporcionado y fue invitado a enviar fotos de su documento de identidad para beneficiarse de la oferta "mágica".
- Trío estafador y asesino -
Después de su llegada a Dubái en 2016, Aslem comenzó a intercambiar mensajes con un hombre que decía ser un chamán javanés y llamarse Aki Banyu.
La mujer, que hoy vende golosinas para vivir, recuerda su primer encuentro con él durante un viaje a Indonesia en 2019. Después de hacer ofrendas, el chamán cantó un mantra y le prometió que su dinero comenzaría a multiplicarse rápidamente, explicó a la AFP.
Le pagó 288 millones de rupias en total (casi 20.000 dólares), creyendo poder obtener una suma astronómica de más de 2 millones de dólares.
El estafador fue identificado por la policía como Wowon Erawan, un indonesio de 60 años que, junto con dos cómplices, extorsionaba a trabajadores migrantes.
En una conferencia de prensa en enero, la policía acusó a este trío de haber matado a nueve personas, entre ellas a la esposa de Erawan y sus hijos adoptivos, para ocultar sus crímenes.
Los tres hombres fueron detenidos y confesaron haber asesinado a sus víctimas con bebidas que contenían plaguicidas. También planeaban matar a Aslem, que reclamaba su dinero, a finales de 2022, según la policía.
Ella decidió no ir a una reunión programada con el trío después de que sus amigos le advirtieron que eran estafadores, según la misma fuente.
Otra migrante, Neng Hana Patiningrum, madre de tres hijos, detalló haber escapado de la muerte a manos de los mismos estafadores.
La mujer, de 30 años, pagó más de 100 millones de rupias al mismo chamán, pero se detuvo en 2021 cuando sus preguntas quedaron sin respuesta.
Debía ir a verlo a su regreso a su país natal, pero canceló su visita debido a las lluvias torrenciales. Pero su amiga, Siti Fatimah, no sobrevivió. Su cuerpo fue encontrado cerca de Balí a principios de 2021.
La policía acusó al mismo trío.
Presentado a los periodistas, Erawan pidió perdón a las familias de las víctimas. Debe ser juzgado con sus cómplices y se enfrenta a la pena de muerte.
En abril, la policía detuvo a otro chamán asesino en serie de 45 años, Slamet Tohari, tras la desaparición de un hombre. También fue acusado de fingir que podía multiplicar el dinero, y atraía a las víctimas con rituales antes de envenenarlas con cianuro de potasio si reclamaban su dinero.
(F.Schuster--BBZ)