La ética de la Corte Suprema de EEUU bajo escrutinio en el Congreso
Las recientes polémicas en torno a los jueces de la Corte Suprema de Estados Unidos que aceptaron regalos lujosos como vuelos en aviones privados fueron analizadas el martes por una comisión del Senado, que presionó para que se imponga un nuevo código de conducta vinculante.
Antaño una de las instituciones más respetadas del país, el templo estadounidense de la ley -que decide sobre importantes debates sociales como la pena de muerte o el aborto- está viendo cómo se desvanece su estrella.
Designados de por vida, sus nueve magistrados -de mayoría conservadora- son los únicos jueces federales que escapan a un código de conducta explícito, una excepción que ahora fue debatida en una audiencia en el Congreso.
"El más alto tribunal del país no debería tener los estándares éticos más bajos", dijo el senador Dick Durbin, presidente del Comité Judicial del Senado, liderado por los demócratas.
- Cruceros y aviones privados -
Si una audiencia parlamentaria sobre la ética de la Corte Suprema es inusual, también lo es que esté en el centro de tanta controversia.
Clarence Thomas, el juez más conservador de la Corte, se encontró en el ojo de la tormenta cuando el medio de comunicación ProPublica reveló que había aceptado, sin declararlos, obsequios costosos de parte del multimillonario republicano Harlan Crow, incluidos vuelos en aviones privados y cruceros en un megayate.
Algunos legisladores demócratas pidieron su "dimisión inmediata".
"No cumple con los estándares éticos que esperamos de cualquier servidor público en Estados Unidos y, sin embargo, la Corte Suprema ni siquiera reconoce que es un problema", dijo Durbin.
Thomas se defendió asegurando que las normas que rigen las declaraciones sobre este tipo de estadías habían cambiado y que Crow no tenía ningún caso pendiente ante el Tribunal Supremo.
Pero Thomas no es el único juez que ha llamado la atención.
Su colega conservador Neil Gorsuch vendió una gran propiedad en Colorado, justo después de su confirmación a la Corte Suprema en 2017, al jefe del bufete de abogados Greenberg Traurig, quien litiga regularmente casos en el Tribunal Superior, según el periódico Politico.
- "Desacreditar" -
"La falta de una estructura formal para definir y validar las normas éticas que rigen a los jueces del Tribunal Supremo es indefendible", advirtió el martes al Congreso Jeremy Fogel, exjuez federal.
La comisión, controlada por los demócratas, había invitado a declarar al presidente del Tribunal Supremo, el también conservador John Roberts.
Pero el juez declinó la invitación, alegando "la separación de poderes y la importancia de preservar la independencia judicial".
Los republicanos de la comisión acusaron a sus colegas demócratas de intentar "desacreditar" a los jueces del tribunal, cuyos nombramientos son aprobados por el Senado, con esta audiencia.
- Filtraciones y turbulencias -
Toda esta agitación se produce después de un año tumultuoso para la Corte Suprema.
Anuló la protección constitucional del aborto, limitó la capacidad del gobierno federal para luchar contra el calentamiento global y reforzó el derecho a portar armas.
La institución también sufrió una fuga de información sin precedentes. Su decisión sobre el aborto, que permitió que unos 15 estados lo prohibieran, fue obtenida por Politico antes de su publicación, hace exactamente un año.
Su popularidad ha tocado fondo: el 58% de los estadounidenses cree que hace mal su trabajo.
En la carta en la que invitaba al presidente del Tribunal Supremo a declarar, Durbin, el presidente del Comité Judicial del Senado, señalaba que "las revelaciones de jueces que no cumplen las normas éticas esperadas (no habían) parado de multiplicarse".
Roberts adjuntó a su respuesta una copia de las directrices éticas de la Corte Suprema y una declaración firmada por los nueve magistrados en la que reafirmaban "principios y prácticas éticas fundamentales".
(U.Gruber--BBZ)