Diez años después de Sandy Hook, una madre comparte su dolor y su búsqueda de sanación
Jenny Hubbard no puede creer que pasó una década desde la muerte a tiros de su hija de seis años en la Escuela Primaria Sandy Hook en Connecticut, el peor tiroteo en un centro educativo en la historia de Estados Unidos.
Desde el 14 de diciembre de 2012, "las familias quedaron con un agujero en el corazón, y a nuestra nación le falta una parte de su alma", dijo el miércoles el presidente Joe Biden, al establecer un "Día del Recuerdo" nacional por esta matanza.
Esa jornada, Catherine Violet Hubbard fue una de las 26 personas, incluidos 20 niños de entre seis y siete años y seis mujeres, asesinadas por un joven en Newtown, un bucólico rincón de la región de Nueva Inglaterra, en el noreste estadounidense.
Esta masacre perpetrada en cinco minutos por Adam Lanza -quien previamente había matado a su madre y tras el asesinato en masa se suicidó- conmocionó a Estados Unidos y al mundo. Pero no generó cambios en la legislación sobre las armas en un país en que éstas abundan.
"Es un recordatorio de la fugacidad del tiempo", dice Hubbard, de 50 años, sobre el aniversario del miércoles, que, como todos los años, se marcará con una tranquila reflexión en esta ciudad de apenas 27.000 habitantes.
Desde ese nefasto día de 2012, Jenny Hubbard tiene la sensación de haber "vivido toda una vida" porque desde entonces todo es "totalmente diferente".
"Y, al mismo tiempo, es como si fuera ayer", afirma en voz baja.
Esta madre recuerda aquella espléndida mañana invernal, diez días antes de Navidad, cuando acompañó a su hija y a su hermano de ocho años a la parada del autobús escolar.
"Ya estaban pensando en las vacaciones. Fue una de esas mañanas que recuerdo como apresurada y caótica, pero también como una de las mejores mañanas que tuvimos", cuenta.
A las 09H30 (14H30 GMT), Lanza, de 20 años, ingresó a la escuela armado con un rifle de asalto Bushmaster AR-15 y dos pistolas después de matar a tiros a su madre en su casa.
"Recibimos una llamada telefónica de que algo había sucedido, y el resto del día fue esa nebulosa de saber que algo terrible había sucedido pero sin comprender su magnitud", dice Hubbard.
- "Pérdida impensable" -
Hubbard se enteró de la muerte de su hija en una estación de bomberos donde las autoridades habían llevado a los niños sobrevivientes.
"La mayoría de la gente estaba petrificada, (era) la pérdida impensable", señala.
Lentamente, Hubbard dice que ha podido sanar, gracias a la bondad de los demás y su fe religiosa.
"El primer paso fue levantarme de la cama por mi hijo. Tuve que hacerlo porque él tenía derecho a vivir. Luego, día tras día, daba un paso más", relata Hubbard.
Pero siempre hay días oscuros: el inicio de las clases cada año y cada tiroteo masivo, como en mayo en Uvalde, Texas, cuando 19 escolares y dos maestros fueron asesinados a tiros por un joven.
"El viaje no es fácil, es solitario y oscuro a veces", dice.
Desde hace décadas, en Estados Unidos ha habido ataques con armas de fuego en todos los ámbitos: escuelas, lugares de culto, supermercados. Según el sitio Gun Violence Archive, más de 600 asesinatos masivos (así considerados cuando al menos cuatro personas mueren o resultan heridas) han enlutado a Estados Unidos desde principios de 2022.
Hace diez años, el entonces presidente Barack Obama lloró mientras se dirigía a la nación por la masacre de Sandy Hook. Y hace unos días dijo que el 14 de diciembre de 2012 quedaría marcado como el peor día de su presidencia (2009-2017).
- Prohibir los rifles de asalto -
Biden, vicepresidente de Obama en 2012, dijo el miércoles que "sigue luchando" para prohibir nuevamente, como ocurrió entre 1994 y 2004, los rifles de asalto, armas con cargadores de gran capacidad.
Tras la matanza en Uvalde, el Congreso aprobó una legislación para impedir que personas potencialmente peligrosas compren ese tipo de armas. Pero la mayoría de los congresistas y el poderoso lobby de las armas, la NRA, se oponen a una ley verdaderamente vinculante, argumentando que sería inconstitucional.
Esto indigna al director ejecutivo de Connecticut Against Gun Violence, Jeremy Stein: "Los civiles no deberían tener acceso a las armas que les damos a los soldados", dijo a la AFP.
Como muestra pública de dolor y recuerdo, Newtown inauguró en noviembre un estanque circular en memoria de los muertos. Rosas blancas descansaban sobre cada nombre esta semana.
Cerca está el Santuario de animales Catherine Violet Hubbard, de 14 hectáreas, que Hubbard fundó en honor a su hija, que amaba a los animales.
Hubbard se pregunta cómo sería Catherine de 16 años, pero trata de aferrarse a todo lo que vivieron juntas.
"Nunca entenderé por qué eso no es posible en mi vida, pero llevo conmigo los seis años que ella compartió conmigo y los recuerdos", dice.
(Y.Berger--BBZ)